Estudiar puede parecer a veces una montaña inexpugnable a la que hay que enfrentarse. Todo el mundo parece tener un consejo de oro sobre la mejor manera de estudiar. Pero, ¿qué métodos de estudio son realmente eficaces y cuáles es mejor evitar?
La trampa de los métodos de estudio ineficaces
En primer lugar, es importante reconocer que no todos los métodos de estudio son iguales. De hecho, algunos pueden ser contraproducentes. ¿Quién no está familiarizado con el interminable subrayado de textos? Aunque puede dar lugar a una bonita paleta de colores, se ha demostrado que este método contribuye poco o nada al proceso real de aprendizaje.
También hay métodos como releer sin parar los apuntes. Las investigaciones demuestran que esta forma pasiva de aprender apenas contribuye a la comprensión del material. Björn Deusings, experto en gestión del tiempo y proveedor de un curso de lectura rápida, lo sabe muy bien. Muchos estudiantes creen que releer y marcar es una forma de aprender, pero en realidad lo que hacen es crear la ilusión de que están absorbiendo conocimientos.
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Métodos eficaces que merece la pena tener en cuenta
En el otro extremo del espectro, encontramos métodos de estudio que sí merecen la pena. Según Deusings, uno de los métodos más eficaces es ponerse a prueba a uno mismo. Es lo que se conoce como práctica de recuperación. Este método te obliga a comprometerte activamente con el material y mejora tu capacidad para recordar y aplicar la información.
Otro método que ha demostrado su eficacia es la técnica Pomodoro. Este método consiste en alternar periodos cortos de concentración intensa con descansos breves. Esto ayuda a mantener tus niveles de energía y evita que te distraigas. Se trata básicamente de una forma de gestión del tiempo: utilizar el tiempo de que se dispone eficazmente estudiando sólo cuando el cerebro está fresco.
Espacio para los matices y las preferencias personales
Por supuesto, también es importante darse cuenta de que no existe una solución única para el aprendizaje. Lo que funciona para una persona no tiene por qué funcionar para otra. Por lo tanto, tiene sentido probar diferentes métodos para ver cuál se adapta mejor a tu estilo de aprendizaje.
Además, factores externos como el entorno de estudio y la salud física y mental también pueden influir mucho en la eficacia del estudio. Por eso puede ser útil pedir consejo a profesionales o mentores que le ayuden a optimizar aún más sus hábitos de estudio.
¿Qué funciona?
Estudiar es algo más que abrir un libro y esperar que la información se quede grabada. Los métodos de estudio eficaces, como la práctica de recuperación y la técnica Pomodoro, proporcionan una comprensión más profunda del material y una mejor retención. Por el contrario, métodos populares pero ineficaces, como marcar textos sin parar, pueden dificultar el aprendizaje.
Por lo tanto, elegir los métodos de estudio adecuados es crucial para sacar el máximo partido a tu tiempo de estudio. La respuesta a la pregunta de qué métodos de estudio son realmente eficaces no sólo está en la investigación científica, sino también en la experiencia personal y en los matices. Por lo tanto, es importante experimentar activamente con distintos enfoques para descubrir cuál es el más eficaz para ti.
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