A través del juego, los niños adquieren nuevas experiencias y aprenden, son oportunidades para triunfar y fracasar, para aplicar conocimientos y resolver problemas. El juego estimula el desarrollo de las habilidades de pensamiento y la creatividad de los niños, creando áreas potenciales de aprendizaje.
¿Qué influencia tienen los juegos en el desarrollo del ser humano?
Desde diferentes enfoques, biológicos y psicológicos, se ha reconocido el valor del juego en el desarrollo infantil, sobre todo el juego cara a cara.
Todos los bebés mamíferos disfrutan de los juegos de contacto, las miradas y los rugidos. Estos juegos posibilitan el aprendizaje y la superación social.
Estas interacciones cara a cara crean batallas y riesgos. En esta interacción del juego, se animan mutuamente y la energía crece, por lo que tanto los bebés animales como los humanos exploran y crean situaciones inesperadas, sorprendentes y desafiantes.
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Estas situaciones deseadas o inesperadas pueden implicar riesgos, desafíos y peligros experimentados en el desarrollo del juego, ya sea guerras o batallas con monstruos o enemigos mortales.
Ante estas situaciones, además de acuerdos y negociaciones de reglas, se pueden experimentar nuevas respuestas adaptativas. Hacer todo este aprendizaje en un entorno seguro como el juego es un plus.
Implicaciones emocionales del juego
El juego promueve una experiencia y actividad lúdica, divertida, satisfactoria y alegre en el niño. Emociones que permiten la apertura tanto emocional como cognitiva.
Estas experiencias satisfactorias y lúdicas promueven la resiliencia al promover el desarrollo de la creatividad al abrir oportunidades para interpretar y experimentar soluciones nuevas e inesperadas a los problemas que surgen durante el juego. El juego entrena la capacidad de pensar de manera flexible y creativa frente a las demandas cambiantes del juego.
Los juegos dinámicos de niño necesitan jugadores que sean los protagonistas principales de la trama para adaptarse a la activación del juego infantil, especialmente en momentos de emociones intensas y estrés. El juego es inesperado en sí mismo y su curso es impredecible, lo que facilita la adaptación a la incertidumbre.
Por tanto, el juego favorece y aumenta la diversidad cognitiva y emocional, especialmente en el momento de descontrol y máximo estrés. En momentos en los que no hay salida y la creatividad añade un giro inesperado al juego y lo vuelve frustrante, la dinámica del juego en sí necesita lidiar con esas emociones. Además de continuar el juego, puede ser divertido y, a veces, aterrador.
Entre los muchos juegos que reciben más interés está el juego de roles. Estos juegos nos llevan a jugar sueños de convertirse en héroes, villanos, maestros de bomberos, ladrones, etc. A través de la comprensión de los personajes, los niños aprenden empatía mediante el desempeño de varios papeles.
La empatía es la capacidad de ver y experimentar mundos a través de los ojos de otro. Durante el proceso del juego, los niños aprenden a identificar la motivación de otros niños, a entender otras opiniones y necesidades que se consideran que tienen un efecto significativo en sus interacciones.
estudios realizados sobre el juego han revelado una relación entre el juego y la capacidad de coordinar y controlar la conducta. Los preescolares que practican juegos más o menos complejos obtienen puntuaciones más altas en algunas variables relacionadas con la autorregulación.
La autorregulación y el autocontrol se refieren a la capacidad de calmar los pensamientos y las emociones y controlar los sentimientos, la impulsividad y el comportamiento. Y la capacidad de autoadaptación está activamente asociada con buenas habilidades sociales y académicas en la niñez.
Una base para el crecimiento emocional
Uno de los mayores beneficios del juego es la oportunidad de crear un sinfín de emociones positivas, alegrías, satisfacciones, orgullo y felicidad. Estudios como los de Carlson y Masters muestran el importante papel que juegan las emociones positivas frente a las experiencias negativas posteriores. Las emociones positivas actúan como agentes protectores, creando un efecto liberador frente a las emociones y experiencias negativas posteriores.
Por lo tanto, la experiencia de experimentar emociones positivas aumenta la probabilidad de provocar una respuesta de afrontamiento ante la adversidad. (Tugade, Fredrickson y Barrett, 2004).
El juego como herramienta educativa durante la infancia
Entender un juego desde una perspectiva dual, incorporar el aprendizaje y la comunicación es una forma muy válida de estimular el potencial de desarrollo de un niño que tiene un impedimento, tanto desde una perspectiva psicológica como desde una perspectiva de comunicación y conciencia social.
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El juego es una fuente de aprendizaje porque fomenta la acción, la reflexión y la expresión. Es una actividad que te permite explorar, aprender, explorar, descubrir y crear el mundo de las cosas, el mundo de las personas y sus relaciones. Los niños aprenden a través de juegos, exploran, descubren, estructuran y comprenden el mundo que les rodea.
No hay diferencia entre jugar y aprender, ya que todo juego que trae nuevos desafíos debe ser visto como una oportunidad de aprendizaje. Además, los niños y las niñas aprenden con una facilidad sorprendente a través del juego, ya que las actividades lúdicas que disfrutan tienden a absorber en particular lo que ofrecen.
Además, la atención, la memoria y el ingenio se agudizan en el juego, y todo lo aprendido durante el juego se transfiere luego a situaciones fuera del juego.
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Conclusión
Jugando, el niño aprende porque obtiene nuevas experiencias, porque es una oportunidad de cometer aciertos y errores, de aplicar sus conocimientos y de resolver problemas. El juego estimula el desarrollo de las capacidades de pensamiento, de la creatividad infantil, y crea zonas potenciales de aprendizaje.
Podemos asegurar que el juego es una herramienta de aprendizaje, de vida y para la vida. Puede usarse no solo para estimular la creatividad, sino también para cambiar las emociones negativas. Esta es una forma importante para que los niños aprendan y dominen nuevos conceptos, habilidades y experiencias. Así que podemos decir sin miedo que es una herramienta básica de la educación.
Así que fomentemos los juegos con nuestros niños, las interacciones, las conexiones, los riesgos, los desafíos, las reglas y la paciencia. Y también el momento del aburrimiento, sin nada que hacer, nada que ver sin dar un clip, así que pasa tu tiempo más fácil.
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